Paula Radcliffe, la dona de ferro

SPORT 04/11/08

"Cuando falla, vuelve a levantarse. Se lesiona y se recupera. La dan por acabada y gana una gran carrera. Radcliffe logró una importante victoria en Nueva York, que celebró juanto a su hija. Se quitó, en cierta manera, el mal sabor de Pekín. Paula Radcliffe es como una dama de hierro. Siempre tiene agallas para más. Jamás se rinde ante las adversidades y gracias a ello consiguió ser en el 2005 la más rápida en maratón (2.15.25) y conquistar, este domingo la larga carrera en Nueva York revalidando, de paso, el honor de cruzar primera la cinta, algo que ya lograra el año pasado. Venía del fracaso. Pekín, como hace cuatro años Atenas, se convirtió en un auténtico suplicio para ella. Abandonó llorando. Una lesión en la cadera le impidió acabar los 42,195 kilómetros que tan bien sabe ‘tragarse’ cuando está en plenas facultades. Pero el domingo no falló. En una carrera de la que está todo el mundo pendiente, la maratón de Nueva York, brilló desde los primeros mil metros. “Cada vez que me giraba veía a un montón de atletas tras de mí. Corrían a mi rebufo; yo les marcaba el ritmo”, confesaba tras cruzar la meta en Central Park. Paula Radcliffe, nacida en la ciudad británica de Northwich, es una mujer seria, muy inteligente –habla perfectamente cinco idiomas– y madre de una niña que en enero cumplirá dos años. El atletismo es su vida, pero le ha dado tantas alegrías como disgustos. Su mayor frustración es que su palmarés “no contemple ninguna medalla olímpica. Admito que es frustrante”, asegura tras confesar que es algo que le tiene preocupada: “A menudo he pensado ‘las cosas siempre me han salido bien en Nueva York, pero no en Atenas y Pekín ¿Por qué razón...?’ supongo que son cosas que tiene la vida”, admite una atleta que ha ganado ocho de las diez maratones en las que ha tomado parte, pero las dos en las que ha fallado eran muy importantes. Muy importantes. Dos maratones olímpicas. Le queda este gusanillo y sus piernas ‘le han dicho’ que lo intente, que no descarte Londres 2012. Por entonces Paula, esa mujer que corre con un estilo tan feo como eficaz, contará ya con 38 años. Pero ella es tenaz y, si se lo propone, estará en la cita de ‘su’ casa. Que pueda colgarse la medalla o no, será ya otro cantar."